¿Por qué? ¿Para qué? ¿Por qué contárselo a un cura?
Así actúa la gracia, la alegría y el perdón en la vida del que se confiesa
Así actúa la gracia, la alegría y el perdón en la vida del que se confiesa
En un programa radial han aprovechado la
ocasión para preguntar a los oyentes algunas cosas básicas del sacramento de la
penitencia.
¿Qué es? ¿Por qué confesarse? ¿Cómo debe ser un buen
confesor? ¿Cómo se hace una buena confesión? ¿Por qué hay que contarle los
pecados a un cura?
La clave está en las últimas frases de la
confesión. En que el sacerdote dice: “Dar
gracias al Señor porque es bueno” y el penitente contesta: “Porque es eterna su misericordia”.
1. ¿Qué
es la confesión y porqué hay que confesarse?
Hay que confesarse porque hay que manifestar
las maravillas de Dios. La confesión, antes de ser de nuestros pecados, es una
confesión de lo que Dios hace en nosotros a pesar del pecado
(que tienes 2 partes.)
(que tienes 2 partes.)
-
La confesión de la misericordia: es siempre una confesión de fe, una confesión de alabanza y de gratitud.
-
el sacramento de la reconciliación: acaba
siempre con esta frase: “Dar gracias al Señor porque es bueno” y el penitente
dice: “Porque es eterna su misericordia”.
Por eso que tenemos que confesarnos, porque
necesitamos expresar ante Dios, ante la Iglesia y ante el mundo que somos
pecadores pero que el Espíritu Santo nos santifica.
2. ¿Y
por qué no puedo confesarme directamente con Dios?
Es muy sencillo. Todos los días hay que hacer
examen de conciencia. Todos los días hay que pedir perdón. El pedir perdón o
las obras de penitencia son actos personales, pero la confesión es un
sacramento.
El perdón de Dios se llama Jesucristo y
Jesucristo históricamente se continúa en un cuerpo que es la Iglesia.
3. ¿Si Dios es el que
perdona, por qué tengo que contarle mis pecados a un cura?
El sacramento es un acontecimiento. Ya de por
sí difícil y duro confesar los pecados: uno peca contra el quinto, contra el
sexto… Ahí no están para regañarles sino para decirles: Dios te perdona pero tú no peques más. Es la palabra de
Cristo. El cura, el presbítero es un icono del Espíritu Santo.
4. ¿Qué pasa si no se los
cuento?
Cuando
un cristiano peca, no solamente está pecando en un aspecto personal o
individual sino que también está dañando la santidad de la Iglesia, (y quien es la iglesia tu mismo) está
haciendo que el mundo sea peor de lo que es.
Todos
los días hay que hacer examen de conciencia, todos los días hay que hacer obras
de penitencia y misericordia.
En
este año jubilar de la Misericordia hay muchísimas fotos bonitas del papa
Francisco. Pero sin embargo hay una que llama especialmente la atención. El
Papa confesando a un joven en San Pedro. La alegría captada por la cámara, la
sonrisa del Papa.
Hay
un gesto precioso, que a veces no se hace con especial sensibilidad o
expresividad que es el imponer las manos. No hay mayor alegría que imponer las
manos. Al imponer las manos sobre el penitente, o al menos la derecha, se está
comunicando la sombra del espíritu. El espíritu siempre tiene un don
que es la alegría.
El hecho de imponer las manos
siempre, lo vemos en la Eucaristía al ponernos de rodillas, es porque el cura
esta comunicando la sombra el espíritu.
0 comentarios:
Publicar un comentario