sábado, 2 de septiembre de 2017



¿Por qué? ¿Para qué? ¿Por qué contárselo a un cura?

Así actúa la gracia, la alegría y el perdón en la vida del que se confiesa 
En un programa radial han aprovechado la ocasión para preguntar a los oyentes algunas cosas básicas del sacramento de la penitencia. 
¿Qué es? ¿Por qué confesarse? ¿Cómo debe ser un buen confesor? ¿Cómo se hace una buena confesión? ¿Por qué hay que contarle los pecados a un cura?
La clave está en las últimas frases de la confesión. En que el sacerdote dice: “Dar gracias al Señor porque es bueno” y el penitente contesta: “Porque es eterna su misericordia”.

1.  ¿Qué es la confesión y porqué hay que confesarse?
Hay que confesarse porque hay que manifestar las maravillas de Dios. La confesión, antes de ser de nuestros pecados, es una confesión de lo que Dios hace en nosotros a pesar del pecado
(que tienes 2 partes.)
-        La confesión de la misericordia: es siempre una confesión de fe, una confesión de alabanza y de gratitud. 
-        el sacramento de la reconciliación: acaba siempre con esta frase: “Dar gracias al Señor porque es bueno” y el penitente dice: “Porque es eterna su misericordia”.
Por eso que tenemos que confesarnos, porque necesitamos expresar ante Dios, ante la Iglesia y ante el mundo que somos pecadores pero que el Espíritu Santo nos santifica.

2.  ¿Y por qué no puedo confesarme directamente con Dios? 
Es muy sencillo. Todos los días hay que hacer examen de conciencia. Todos los días hay que pedir perdón. El pedir perdón o las obras de penitencia son actos personales, pero la confesión es un sacramento. 
El perdón de Dios se llama Jesucristo y Jesucristo históricamente se continúa en un cuerpo que es la Iglesia.

3.  ¿Si Dios es el que perdona, por qué tengo que contarle mis pecados a un cura? 
El sacramento es un acontecimiento. Ya de por sí difícil y duro confesar los pecados: uno peca contra el quinto, contra el sexto… Ahí no están para regañarles sino para decirles: Dios te perdona pero tú no peques más. Es la palabra de Cristo. El cura, el presbítero es un icono del Espíritu Santo.


4.  ¿Qué pasa si no se los cuento?
Cuando un cristiano peca, no solamente está pecando en un aspecto personal o individual sino que también está dañando la santidad de la Iglesia, (y quien es la iglesia tu mismo) está haciendo que el mundo sea peor de lo que es. 
Todos los días hay que hacer examen de conciencia, todos los días hay que hacer obras de penitencia y misericordia.
En este año jubilar de la Misericordia hay muchísimas fotos bonitas del papa Francisco. Pero sin embargo hay una que llama especialmente la atención. El Papa confesando a un joven en San Pedro. La alegría captada por la cámara, la sonrisa del Papa. 
Hay un gesto precioso, que a veces no se hace con especial sensibilidad o expresividad que es el imponer las manos. No hay mayor alegría que imponer las manos. Al imponer las manos sobre el penitente, o al menos la derecha, se está comunicando la sombra del espíritu. El espíritu siempre tiene un don que es la alegría.

El hecho de imponer las manos siempre, lo vemos en la Eucaristía al ponernos de rodillas, es porque el cura esta comunicando la sombra el espíritu.

0 comentarios:

Publicar un comentario