¿Cuánto dura la presencia de Cristo en la Eucaristía?
Asimismo,
cuando lo recibimos en la comunión
¿Cuánto tiempo permanece Cristo dentro de nosotros?
¿Cuánto tiempo permanece Cristo dentro de nosotros?
1. ¿Cuánto tiempo permanece su presencia
en ellos? Asimismo, cuando lo recibimos en la comunión
2. ¿Cuánto tiempo
permanece Cristo dentro de nosotros?
En cada pedazo de la hostia
consagrada y en cada gota del vino consagrado está Cristo completo, es decir,
todo su Cuerpo, su Sangre, alma y divinidad.
Por lo tanto, cada que
comulgamos, recibimos al mismo Cristo vivo y resucitado. Así lo confirma el
Catecismo de la Iglesia Católica al decir: “En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía
están “contenidos verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre
junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y, por
consiguiente, Cristo entero” (1374)
De tal manera que
al fraccionar la Hostia consagrada no es que se divida a Cristo, ya que hasta
en la más pequeña partícula de la Hostia está Cristo con todo su Cuerpo y su
Sangre.
Lo mismo al recibir el vino en
el cáliz, no es solamente la Sangre de Cristo, sino que es el Señor en toda su
persona divina. “Cristo está todo entero presente en cada una de las especies y
todo entero en cada una de sus partes, de modo que la fracción del pan no
divide a Cristo” (CCE 1377).
Hora bien, la presencia real de
Cristo en la Eucaristía permanece desde la consagración del pan y del vino,
hasta que duren las especies que sirvieron para su ofrecimiento, o se disuelven
a través del estómago, la presencia física de Jesús deja de estar.
Se pudiera decir
que son aproximadamente entre 10 y 15 minutos los que dura la presencia
física de Jesús dentro de nosotros. El que ya no esté en su presencia real
y verdadera, no quiere decir que Cristo nos abandone. Sigue presente en
nuestra alma, habita en nosotros, en unión con el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo de manera real.
Al reconocer que es Cristo en
cuerpo y alma a quien recibimos, es necesario que preparemos también nuestro
cuerpo ya que no es un alimento ordinario.
Por lo tanto, por respeto a su
presencia dentro de nosotros, el Código
de Derecho Canónico nos dice cómo debemos prepararnos: “Quien vaya a
recibir la santísima Eucaristía, ha de abstenerse de tomar cualquier alimento y
bebida al menos desde una hora antes de la sagrada comunión, a excepción sólo
del agua y de las medicinas” (919).
Asimismo, no debemos comer ningún alimento de manera inmediata luego de haber comulgado, hasta que haya pasado el tiempo prudente para que se disuelva totalmente la Hostia dentro de nuestro organismo.
Asimismo, no debemos comer ningún alimento de manera inmediata luego de haber comulgado, hasta que haya pasado el tiempo prudente para que se disuelva totalmente la Hostia dentro de nuestro organismo.
Qué triste es ver a tantos que
después de recibir a nuestro Señor permanecen como si hubiesen recibido un
simple trozo de pan. Hagamos el compromiso de vivir con piedad y cuidado ese
momento de la comunión. Deleitémonos en comerlo, platiquemos con Él desde
el corazón.
Al comulgar al Señor nos
convertimos en sagrarios vivientes, dentro de nosotros está el mismo cielo; por
lo tanto, debemos aprovechar ese momento tan especial para adorar y conversar
con aquel que nos ama y que ha decidido vivir en ti y en mí.
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