miércoles, 30 de agosto de 2017



El Papa Benedicto XVI nos ha animado a profundizar en nuestra vida de oración mediante el uso de un método clásico "La Lectio Divina". El Pontífice retirado “exhortó fuertemente a los seguidores de Cristo a que utilicen la Palabra de Dios como un terreno fértil para ahondar en las profundidades de la oración”.

Con estos simples pasos a seguir:

 1.- Lectura
Tome en sus manos el texto que ha elegido para meditar, a continuación léalo. Sin embargo, antes de comenzar a leer, invite al Espíritu Santo, conocido como el Maestro Interior, para que le ayude en la oración. Entonces, haga suya la oración del joven Samuel: "Habla Señor, que tu siervo escucha" Qué gran privilegio el tuyo, que Dios quiere ahora hablar a tu corazón.

2.- Meditación
apliquemos el uso de nuestra memoria y tratemos de comprender lo que Dios quiere de decirnos a través del texto escogido. Y el momento oportuno para decirle "Señor Dios, exactamente ¿Cuál es el mensaje que quieres comunicar a mi corazón y a mi vida en este momento?"

3.- Contemplación
Ahora utiliza otra facultad mental de la cual Dios te ha dotado y esa es el uso de ¡tu imaginación! Acuérdate que Todos tenemos una imaginación: tal vez una imaginación muy viva. Sin embargo, la imaginación es como una espada de doble filo; que puede ser utilizado para el bien o para el mal. 
La imaginación usada para bien, podría ser como imaginar que estás caminando al lado del Buen Pastor (Salmo 23 / Juan 10)
 En resumen, nuestra imaginación debe ser entrenada para la búsqueda del bien

4.- Oración
Hemos llegado al corazón mismo de la esencia y el propósito de la Lectio Divina y a la acción de la misma: ¡LA ORACIÓN!
Esto significa: abrir ahora tu corazón y hablar con el Señor en la forma más sencilla, confiada y de manera íntima.
NOTA: Esto puede ser de unos pocos minutos, una media hora, una hora... Cualquiera que sea el tiempo en que Dios te inspire en lo más profundo de tu corazón.

5.- Acción
La oración auténtica debe ser llevada a la realidad de nuestras vidas. Es "La prueba de fuego para demostrar que la oración es en efecto auténtica”
Jesús mismo nos recuerda lo que podemos decir al árbol por sus frutos. Un buen árbol da buenos frutos; un árbol malo traerá frutos malos.
Una persona que a orado bien, producirá frutos o virtudes en su vida. y que en su árbol florecerá y prosperar los siguientes frutos: la fe, la esperanza, el amor, la humildad, la pureza, la mansedumbre, la paciencia, la obediencia, el autocontrol, la mortificación, y la fortaleza.

6.- Transformación
De hecho, si nuestra Lectio Divina es verdadera, auténtica, algo real, entonces allí habrá una transformación gradual en nuestra vida diaria.
Nuestro objetivo principal debería ser las palabras del gran Apóstol San Pablo: "Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí".
Este es el objetivo final de la Lectio Divina y toda auténtica oración: la imitación de Jesucristo, siguiendo sus huellas, y transformándonos en su misma esencia y ser.

¿Qué estas esperando?
¿Por qué no empezar hoy tu propia Lectio Divina? 

Elije tu texto, lee, medita, contempla, ora, vive y deja que Dios, a través de la acción del Espíritu Santo te transforme en el santo que Dios quiere que seas




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